Nuevo poemario que nos presenta Cristina Cocca tras ganar con él el premio Amantes de Teruel del año 2013.
Una trayectoria de reconocimientos que no acaba aquí, ya que estamos esperando su próximo libro, ganador también reciente del premio "Ciega de Manzanares", titulado "Claroscuro para escribir un cuadro" y que verá la luz el próximo octubre.
“Muchas veces un /una poeta escribe un solo libro a lo largo de su vida”, ha afirmado la autora en una de sus últimas entrevistas. En el caso de “La Heredad de la Luz” esta afirmación puede ser cierta en cuanto a que muchas de las obsesiones de la poeta, que han reinado en publicaciones anteriores como “Mujer de Esta Memoria”, siguen estando muy presentes. Obsesiones como el irremediable paso del tiempo y la necesidad de recuperarlo a través de la poesía; de forma que el poema se convierte, gracias a su magia irremplazable, en una suerte de máquina del tiempo.
También está presente el inconfundible estilo lírico y romántico tan propio de Cristina Cocca, que hace de su pluma un velero perdido en un mar de papel del que el amor es casi siempre viento, y que solemos reconocer inmediatamente tod@s l@s que, desde hace algunos años, seguimos su obra.
Y por supuesto la expresiva sensualidad de sus imágenes, de gran viveza y originalidad también en esta ocasión.
Sin embargo el libro es, al mismo tiempo, diferente gracias, por ejemplo, a las elevadas cotas de perfección que alcanza la musicalidad de los poemas y que yo, personalmente, no había percibido con la misma intensidad en anteriores obras. También es distinto el planteamiento del libro, con su manejo de los símbolos y su uso constante, de forma que podemos decir que se construye y se expresa a partir de ellos: nos encontramos, sin duda, ante una incursión de la autora en la poesía simbolista en la que ha acabado adentrándose de lleno.
Se trata pues de una obra de madurez en la que la poesía de Cristina Cocca que, como dice Francisco Caro, está atravesada por el deseo de hallar la luz en la noche, se ha fundido esta vez con uno de sus destellos más limpios, puros y personales.
Un libro, en fin, que ningún buen amante de la poesía debería perderse.