El primer acto describe el
inicio de la relación entre Mia y Sebastian, ella una joven aspirante a actriz
y él un, también joven, músico
apasionado por el jazz que aspira a abrir su propio club.
Tras ciertos desencuentros y
malentendidos iniciales en los que se plantean conflictos entre ellos (no
parecen llevarse demasiado al principio de la cinta), comienzan a intimar y a
hacerse amigos, cosa que consiguen hablando de sus mutuas pasiones: la música
en el caso de Sebastian; la interpretación en el caso de Mia, a la vez que se
cuentan mutuamente la historia de sus vidas. Esta situación en la que los dos jóvenes
se van conociendo, es aprovechada literariamente para describir a los
personajes y contarnos como son a través de sus sueños y aspiraciones
juveniles.
El primer acto avanza pues a
golpe de conflicto- acercamiento entre Mia y Sebastian y termina cuando ambos
deciden iniciar una relación de pareja: primer punto de giro del guión.
La información necesaria
para plantear la historia se nos presenta adecuadamente, toda ella aderezada
con los números musicales y aspectos estéticos llamativos, como el vestuario. Tampoco
parece que sea mucho más largo ni mucho más corto de lo que debería ser: se
trata de un primer acto en su justa medida desde un punto de vista temporal y,
por supuesto, no se hace pesado.
Segundo
acto
Como en toda comedia
romántica, los personajes pasan por un momento de plenitud en su relación donde
todo es ideal y maravilloso en sus
vidas.
Después de diversos intentos
por conseguir un papel, Mia decide, a sugerencia de Sebastian, escribir una
obra de un solo personaje y protagonizada por ella misma. Él, por su parte, comienza a actuar
regularmente en un club de jazz.
El ex compañero de
Sebastián, Keith le ofrece un trabajo de teclista en su banda de jazz de fusión,
lo que supondría pare él un ingreso mensual seguro. Consternado por el estilo
pop de la banda, Sebastian firma después de escuchar a Mia tratando de
convencer a su madre de que Sebastian lo está intentando todo por conseguir un empleo.
Mia asiste a uno de sus conciertos ("Start a Fire"), pero sabe que
Sebastian no disfruta de la música de su banda.
Es interesante analizar cómo
se mantiene la película viva durante este segundo acto. Linda
Seger habla de
los puntos de acción como acciones que hacen progresar la historia (Seger,
1987) especialmente durante el segundo acto de los guiones. Esta autora
clasifica los puntos de acción en barreras reveses y complicaciones.
En este caso, bajo mi punto
de vista, Damien Chazelle, el guionista
y director, utiliza la complicación que Linda Seger define de esta manera: una complicación es un punto de acción que
no provoca una respuesta inmediata. Algo pasa, pero la reacción no vendrá hasta
más adelante (Seger, 1987) De este modo, se consigue mantener nuestro
interés por la historia. Es decir:
Durante la primera gira de
la banda, Mia y Sebastian discuten. Ella le acusa de abandonar sus sueños,
mientras él le reprocha no alegrarse de su éxito y preferirle perdedor.
Todo esto nos hace temer por
lo que pueda ocurrir en el futuro a la pareja, ya que no vemos nada claro el
final feliz. Por un lado, se quieren, pero por otro, el conflicto está servido
en forma de complicación. No sabemos lo que va a pasar, por lo que se mantiene
nuestro interés por la historia.
Sebastian pierde la obra de
Mia debido a una sesión de fotos con su grupo que había olvidado completamente.
La obra es un desastre; Pocas personas asisten, y Mia escucha comentarios
despectivos. Desesperada, se muda de regreso a Boulder City, a la casa de sus padres.
Al poco tiempo, Sebastian recibe una llamada
de un director de casting que asistió a la obra de Mia, invitándola a participar
en una audición. Entonces, conduce hasta Boulder City y persuade a Mia a asistir a la audición.
Finalmente la cogen para el papel, pero el trabajo implica un viaje a París.
Tercer
acto
Con el nuevo trabajo de Mia
como protagonista de una película, tiene lugar el segundo punto de giro del
guión y el inicio del tercer acto.
El viaje de Mia a París a
causa de la película en la que le han dado un papel, provoca que los personajes
se encuentran ante un claro dilema: o perseguir sus sueños o seguir juntos.
Análisis
de los personajes
Tanto la motivación como el
conflicto, están claros y bien planteados a lo largo de toda la película.
Mia y Sebastian son
personajes complejos con una historia detrás también compleja que les
condiciona su forma de ser en el presente.
Se trata de dos personas que
dudan, que sienten miedo y desconfianza ante la posibilidad de no poder
realizar sus sueños. De hecho, creo que el conflicto fundamental que plantea la
película, es el de seguir luchando por tus sueños a muerte o hacer concesiones
a la vida para que no te vaya tan mal en caso de no cumplirse.
No veo una evolución
interior muy acusada en los personajes: tienen unas ideas, unos
sueños unos
objetivos y una forma de ser que permanece prácticamente igual hasta el final
de la película, sin cambios significativos. Quizá el que más evolucione sea
Sebastian, que
gracias al amor de mía se vuelve más vital, alegre y animoso.
Esta película es una comedia
romántica y, como tal, utiliza recursos muy propios del género plasmados en
determinadas situaciones: antipatía inicial mutua de los dos protagonistas, interés
por lo artístico por parte de los personajes, periodo ideal y maravilloso cuando
inician su relación, separación de la pareja a causa de un viaje (El viaje de Traci por la película
Manhatan)
En conclusión, el guión
funciona, pero no destaca por su originalidad. Otra cosa es, ya en un plano cinematográfico, el envoltorio: los números de baile, la música, la interpretación, el vestuario, la fotografía... En este caso, habría que admitir que La la Land es un producto de indudable calidad.