El pasado jueves 26 de octubre de 2017 tuvo lugar la presentación del libro de Elena González Historias Desde Mi Interior
en el Café Libertad de Madrid. La autora me pidió que presentara su libro y fue
un placer hacerlo. Este es el texto que escribí para su presentación:
Estamos aquí esta tarde para celebrar el
nacimiento del libro de Elena González “Historias desde mi interior”.
Obviamente, el título no es casual, ya que remite claramente a la esencia de
este conjunto de relatos. En ellos, al menos en mi opinión y percepción,
mediante la utilización de personajes muy cercanos a la autora en sus
sentimientos y experiencias vitales, Elena nos habla de su relación con el
mundo. Así pues, lo que primero podríamos destacar es su alta carga de lirismo
y subjetividad; lo que provoca que tampoco resulte casual que la autora se haya
dedicado y siga dedicándose a la poesía, teniendo un total de seis libros de
versos publicados. De este modo, Elena afronta el relato como afronta la
poesía: buceando entre las turbulentas las aguas de su espíritu, dibujando con
trazo firme el paisaje de su alma.
Este libro es, en definitiva, una visión
personal del mundo; una percepción que, a mi manera de ver, recuerda muchísimo
a la filosofía existencialista. Les confesaré una cosa: para mi Elena siempre
desprendió ese aire misterioso de intelectual existencialista de los años 50. E
incluso yo diría que, tal vez, de nacionalidad francesa y origen parisino. Y
este libro me ha reafirmado en esta percepción, en esta idea de que Elena es,
en el fondo, una existencialista, aunque nunca hasta hoy se lo haya confesado.
“El hombre es un ser arrojado al mundo”,
decían los filósofos y escritores existencialistas. Y, en mi opinión, en muchos
de los personajes de Elena González se percibe esta característica de seres
arrojados. De este modo, en cuentos como HORTENSIA Y LA MUERTE, KATIA Y EL
ORGANILLO o LA MADRE DE ÚRSULA Elena nos habla del carácter repentino, absurdo
y cruel de la muerte, cuyo sentido se nos escapa, dejando en su lugar un enorme
vacío y una irrefrenable angustia. También, en este sentido, podríamos citar el
cuento RECORRIDOS DE UNA MALETA, donde nuestra autora escribe sobre el
terrorismo yihadista y sobre la también cruel y absurda muerte de una serie de
personajes a causa de esta lacra mundial tan preocupante hoy en día.
Asimismo, el discurrir angustioso del
tiempo, la decrepitud, y el sinsentido del paso por el mundo de todos nosotros,
podemos vislumbrarlo en relatos como LA JUBILACIÓN DE OBDULIA, LA ABUELA DE
MARCOS o WALDERTRUDIS Y EL PASO DEL TIEMPO.
Pero, como ocurre en la vida, y no
olvidemos que este conjunto de relatos es un libro que en esencia retrata la
vida, no todo es tétrico y terrible: también hay sitio para el humor y la
ironía en cuentos como o EL HIJO DE FELISA o EL MARIDO DE MANUELA. En este
último, uno de los más interesantes del libro bajo mi punto de vista, la
protagonista adopta una actitud socialmente transgresora al sentirse cómoda en
un triángulo amoroso formado por ella, su amante y su marido. ¿Y por qué no en
un mundo como el actual donde el concepto tradicional de pareja, en el sentido
monógamo del término y también en otros muchos, está siendo cuestionando? ¿Y
por qué no cuando prestigios@s profesionales de la psicología y la sexología
nos están hablando del poliamor o de las personas poliamorosas? Para quién no
sepa que es esto: gente que siente la necesidad de amar a varias personas a la
vez y que no es capaz de adaptarse a una relación monógama; lo cual, según
estos profesionales, no tiene nada que ver con un hombre mujeriego o una mujer
“hombreriega”, si no con una manera diferente de vivir y afrontar las
relaciones afectivas.
En fin, volviendo al libro, aunque se
trata de una obra predominantemente realista, también hay un lugar para la
fantasía y el sueño en relatos como EL PIANO DE ANA, LA HIJA DE CECILIA o LA
MADRE DE ELENA, cuentos estos dos últimos a los que me referiré más adelante.
Y por supuesto, también la pasión ocupa un
lugar muy destacado; tanto en el sentido negativo de la misma, por ejemplo,
cuando la autora nos describe las consecuencias terribles de los celos en el
relato LOS CELOS DE EUSEBIO, como en el sentido positivo, cuando nos habla del
Amor. No encontrarán ustedes en este libro referencias al Amor solamente en el
sentido más habitual; es decir, como expresión de una relación de pareja, ya
que, para Elena González el Amor va mucho más allá. Ella nos habla de amor en
este sentido, pero también en el de amistad verdadera y, sobre todo, en el de
amor filial. Y lo más importante, se trata de un amor que vence a la muerte y
que, en cierto sentido, en algunos relatos, supone una superación de su
pesimismo existencialista. Relatos como LA HIJA DE CECILIA o LA MADRE DE ELENA,
ya citados anteriormente en mi exposición, son muestras claras de esto que
trato de decirles. El tema del Amor más allá de la muerte es habitual en la
literatura clásica. ¿Quién no ha leído alguna vez los versos de Francisco de
Quevedo “polvo serán, más polvo enamorado”, siendo este uno de los sonetos más
famosos y profundos de la literatura española? O el mito de Orfeo, si nos
remontamos a la mitología griega. O el romance de El Conde Niño, si nos
referimos al romancero viejo castellano. O La Divina Comedia de Dante, en el
Renacimiento. Sin contar los innumerables poemas y obras del periodo romántico
como la Dama de las Camelias de Alejandro Dumas hijo. Sin embargo, Elena
actualiza este tema clásico, modernizándolo para acercarlo al lector o lectora
actual; haciéndolo, por lo tanto, más asequible a todos y a todas en esta
segunda década del siglo XXI.
Como ya he dicho anteriormente, Elena
González se ha prodigado en el campo de la poesía con seis libros publicados
participando además en múltiples antologías. Este libro supone su primera
inmersión en el relato con una gran brillantez, acierto y sensibilidad.
Esperemos pues que no sea el último y que finalmente las publicaciones de
narrativa superen (o al menos igualen) a las de poesía.